Diàlogos en la oscuridad

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Llegas con tus amigos al Papalote Museo del Niño, después de una hora de viaje en metro, de haber subido en Hidalgo, transbordado en Balderas y de ahí directo a chapultepec; después del caluroso y apretujado viaje en metro tomaron un camión que los dejaría justo en las puertas del “Papalote”, el viaje en camión fue un tanto desesperante, el conductor creía que ustedes tenían todo el tiempo del mundo y se esperò hasta que en el camión nadie màs cabía; el trafico, el calor, las platicas absurdas y obscenas de tus compañeros te desesperaban; tenían que estar en el museo máximo a la una y cuarto para recoger los boletos, por el intenso transito de Reforma por un momento pensaste que no llegarían a tiempo, pero el viaje fue más corto de lo que parecía, una vez dejado atrás el transito llegaron rápido, de repente, ni te diste cuenta, cuando ya estaban ante las puertas del “Papalote”.

Recogen los boletos, con costo de 50 pesos, que el día anterior habían reservado llamando al teléfono 52 37 17 73, no entiendes por que para reservar lugar tienes que llamar por teléfono y tener tarjeta de debito o crédito, piensas que èsto niega la entrada a quien no posea tarjeta y tenga la intención de ir a la exposición temporal Diálogos en la oscuridad que estará hasta el 17 de abril de este año.

Con los boletos en mano tù y tus amigos se dirigen la sala de exposición en donde una chica les dice que la exposición dura un par de horas, por lo que les recomienda hacer una visita al sanitario antes de entrar. Después de haber ido al sanitario, regresan y la chica les hace pasar a la llamémosle “sala de espera” en donde les dice esperaren 5 minutos para poder iniciar el recorrido

En la “sala de espera” hay una serie de fotos tomadas por gente que no puede ver, al principio te muestras renuente a creer que alguien pueda tomar fotos sin ver, les un poco del texto que acompaña a las imágenes y te das cuenta que dice, que un ciego para tomar una foto lo hace “viendo“ con las manos cosa que ves con un poco de incredulidad.

Pasaron los cinco minutos, que más bien parecieron 10 o más, y la señorita regresa y los guía a un cuartito en donde otra señorita, muy amable y sonriente, les dice que antes que nada tienen que guardar sus cosas en un loker incluyendo celulares y cosas que se pudieran caer, una vez que guardaron sus cosas, la señorita les invita a sentarse en una banca, y les da un antifaz, que les pide se coloquen para parte preliminar del recorrido.

Una vez con los ojos tapado, la señorita les pasa una serie de objetos para oler, el primero lo logras reconocer, es cafè; el segundo el tercero y el cuarto olor no sabes que son y te empiezas a desesperar y tomar importancia del sentido del olfato y a extrañar la vista. Una vez puesto aprueba el olfato, un chavo, reconoces que es hombre por la voz o a menos que a la señorita se le haya atorado algo en la garganta, les pasa unos objetos para adivinar que son y estos si los adivinas todos: sacate, toalla, jerga, pelota, la prueba del tacto la pasas sin problema o eso piensas, hasta que el chavo pone a cada uno frente a un loker y les pide decir que numero tiene el loker, y oh sorpresa no están fácil: 65, 35; 55 fuiste el que más tardo un decir el nùmero, después de un rato dijiste 25 y en ese momento comprendiste lo que es “ver con las manos”..Ahora el turno es del sentido del oído, con un pelota con semillas adentro, el chavo agita la pelota y les pide que se dirijan adonde oigan el sonido, algo en apariencia fácil se te complica por el temor a tropezar con alguien o algo o pegarte con la banca, te desesperas y quieres quitarte lo antes posible el antifaz y volver a ver; finalizada la prueba del oído el chavo les pide que se quieten los antifaces, y ahora les da un bastón para ciegos, les pide lo agarren con la mano izquierda y toquen la pared con la derecha y los encamina a un cuarto en donde no vez más que oscuridad.

Les piden que empiecen a caminar, adentrándose al cuarto oscuro, tu desesperación se convierte en miedo, oscuridad arriba, abajo, a la izquierda, a la derecha, tratas de abrir los ojos lo más que puedes para poder ver algo, pero es inútil… oscuridad es lo único que vez. De repente una voz muy agradable surge de la oscuridad, te imaginas esa voz de color morado y como un pez que nada el la oscuridad, la voz tiene nombre, su nombre es Berenice, les dice me pueden llamar Bere, la voz es calida te da confianza: Bere les pide caminen y palpen a la izquierda las plantas; las tocas y la sensación te agrada se siente suave, las ramas rasposas, las piedras también pero el tacto a pesar de lo rasposo se te hace agradable, después tocas una cascada, agua, su frescura es deliciosa no quieres dejar de tocarla pero los que vienen atrás empujan, caminas, el terreno es rocoso, pasas un puente de madera piensas que la madera es dulce, el vaivén del puente te hipnotiza, cruzas un río, su sonido te gusta no sòlo lo escuchas te parece sentirlo en todo el cuerpo, escuchas una fuente; Bere les indica que se pueden sentar en una banquita junto a la fuente pero no la encuentra, pero no te importa, el sonido del agua, el olor a plantas y tierra mojada y el cantar de los pajaritos que no tienes la certeza de donde viene, pero que más da piensas, estoy en un bosque y es hermoso aun sin verlo

Después del bosque Bere los guía a un mercado, sabes que es un mercado al instante por los gritos de “pásele marchanta”, y por que empiezas a hacer uso de las manos para ver, tocas frutas, verduras, sacates, cepillos y las hueles, te sorprende el olor es diferente sin ver es más intenso

Del mercado le sigue salir a las calle, tardas un poco el descubrir que es la calle a pesar del ruido de carros y gente que al principio no escuchas por estar tratando de adivinar con el tacto donde estas, con el tacto descubre que hay ventanas, postes y chocas con un carro, piensas que si fuera de verdad ya te hubiera atropellado, y te das cuenta de lo difícil que puede ser para un invidente salir a la calle, sólo apoyados por un bastón y a veces un perro, en contra de los peligro de la calle y la intolerancia e indiferencia de la gente.

Ahora Berenice los guía a un muelle, el olor a cloro es fuerte, el olor te parece es el de una alberca, Bere les dice que van a dar un paseo en un barco, con un poco de problemas subes a el y tomas asiento, Bere les dice que pongan nombre al barco y un grito propone el nombre de “pollo” haciendo alusión a un compañero y hasta una porra le hacen al “pollo” que se dirige según Bere a Cancún. Una vez llegando a Cancún, dejan el barco y hacen una parada final en una cafetería en donde, una señorita con voz un tanto chistosa, imaginas la voz como los colores del arcoiris y en forma ave, la voz les dice lo que hay y los precios, compras unos chocorroles y pagas con cierta desconfianza, pues temes pagar con una moneda de 10 y te den mal el cambio o te digan que la moneda es de 5, una vez habiendo comprado Bere los dirige a unas bancas y mientras comen les comenta que ella es débil visual y que Diálogos en la oscuridad es una exposición que existe desde 1988 y fue creada por el alemán Andreas Heinecke quién la hizo con la intención de crear una conciencia social para fomentar el respeto a las diferentes realidades sociales. La exposición se ha presentado en varios países y ciudades: Alemania, Francia, Holanda, Austria, Italia, Suiza, Suecia, Japón, Canadá, Brasil, México en donde estará hasta el 17 de abril del 2007. La charla termina y Bere se despide, mientras los dirige a la salida te preguntas como es ella físicamente, pero no puedes formarte una imagen de ella, sólo de su voz, Bere es una voz morada en forma de pez prefieres quedarte con esa idea. Dejas la sala oscura y la luz lastima tus ojos, tardas en acostumbrarte de nuevo a la luz, te alegras de ver y tomas conciencia de los retos a los que los ciegos y débiles visuales se enfrentan y te das cuenta del por que se dice que se puede ver con las manos y que para ver no se necesitan ojos si se tiene corazón.











1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué buena crónica. Felicidades. Es bueno ver que no sólo escribes de Fut-bol