Una victoria al igual que un chiste se disfruta más, como diría Kant, si es algo inesperado. Los análisis antes del partido apuntaban a que sería difícil enfrentarse a los Ticos en su casa, pues estos eran, en ese momento, líderes del hexagonal; y que el Tri tenía que salir a no perder y buscar el empate. El triunfo no era una opción.
Sin embargo los seleccionados hicieron caso omiso de la poca fe de su afición y salieron a jugar el mejor partido en el regreso de Aguirre, mostrando lo que faltó en dos años: Amor propio, ganas, juego en equipo y actitud.
El día de ayer la selección demostró actitud para jugar fuera de casa como dentro de : Precisión en los pases, aplomo al momento de tener el balón, recuperarlo y pasarlo; Y sobre todo eficacia al momento de estar frente al arco rival.
Duros fueron los golpes que el equipo nacional recibió en los últimos dos años, y con suma razón. Pero los trancazos les sirvieron para aprender, para curtirse y adquirir carácter ante una prueba que estuvo a punto de terminar con el sueño mundialista.
Y es que como diría Fito Pez: Es sólo una cuestión de actitud, recibir los golpes no tener miedo…
Vean como son de habladores los comentaristas Ticos. Uno de ellos dice que los mexicanos dejemos de llorar, ahora hay que decirles nosotros eso: Señores dejen de llorar y aprendan que México aun en un mal momento es mejor que ustedes.
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